Cosas perdidas
Tengo un agujero en el pantalón. No me molestan las connotaciones impúdicas; no me molestaría que a través de ese agujero se me viera una nalga, o parte de mi escroto. Lo preocupante es lo que se escapa através de ese agujero. ¿Nunca tiraron una moneda en su bolsillo, seguros de su estabilidad económica, y se encontraron con que la moneda apareció al rato, hurgando en sus medias, después de haber recorrido toda su extremidad, fruto de una rendija en el maldito bolsillo? Está bien, no importa, no les tendría que haber pasado; creo que "el viaje de la moneda" es más digno de un libreto a lo "Toy Story" o algo así.
A mi no se me caen monedas; pero igual siento que pierdo algo. Siento que cada vez que deposito algo en mí, se me escapa por otro lado. Cuando adquiero alguna sensación, alguna percepción acerca de algo que pasó, un pensamiento, un sentimiento, y lo registro adentro mío, después al rato, veo como no está más, y lo que me produjo entonces, ahora no está, lo encuentro como perdido, como si se me hubiera escabullido por otra parte.
No creo que se deba a mi incontenible aerofagia, porque es muy sabido que dónde se come, no se caga. Pero es así, posta, un barril sin fondo, donde todo lo que se mete, se pierde.
Me veo a mi mismo dejando un rastro de emociones, tiradas en la vereda, mientras voy a paso cansino por la vida, sin saber muy bien qué coño hacer con todo.
Así que sí, debe ser mi pantalón, que pierde, aunque lo llene, y lo llene, nunca encuentro nada. Todo se me va por el caño. Me siento a componer algo, y no encuentro nada. A veces, me abro la billetera, a ver si hay algo ahí, pero no, sólo plata, mucha a veces, poca a veces más, rara vez vacía de plata, pero siempre vacía de cosas que me sirvan. Será que estoy buscando en los lugares equivocados.
Será que ni siquiera estoy buscando.
Esa escena, que nos debe haber pasado a todos, alguna vez, cuando nos vamos caminando decididos de algún comercio, y sentimos un grito a nuestras espaldas, y algún buen samaritano nos avisa, que se nos había caído una moneda, un billete, un papel importante o algo.
Bueno, me gustaría que me pasara, pero no así. Me gustaría que me bajara del bondi por ejemplo, y emprendo el curso final hacia mi casa, y alguien me grite desde atrás, y me diga: "eh, se te cayó un cacho de emoción...!".
"Ah, gracias...!".
Y la levanto. Y me la guardo bien fuerte, apretada en una mano. Para saber que la tengo, y que no se me pueda caer de vuelta.
¿Habrá personas así por ahí? Seee. Hay en todos lados. Pero capaz que no se animan; quizás todos andamos perdiendo cosas por ahí, y no tenemos tiempo para ponernos a juntar nada.
Cuando vean a alguien medio mal andar por ahí, miren si se les cayó algo. y devuélvanselo, que lo puede necesitar. Pero no lo roben, ¿eh?.
A mi no se me caen monedas; pero igual siento que pierdo algo. Siento que cada vez que deposito algo en mí, se me escapa por otro lado. Cuando adquiero alguna sensación, alguna percepción acerca de algo que pasó, un pensamiento, un sentimiento, y lo registro adentro mío, después al rato, veo como no está más, y lo que me produjo entonces, ahora no está, lo encuentro como perdido, como si se me hubiera escabullido por otra parte.
No creo que se deba a mi incontenible aerofagia, porque es muy sabido que dónde se come, no se caga. Pero es así, posta, un barril sin fondo, donde todo lo que se mete, se pierde.
Me veo a mi mismo dejando un rastro de emociones, tiradas en la vereda, mientras voy a paso cansino por la vida, sin saber muy bien qué coño hacer con todo.
Así que sí, debe ser mi pantalón, que pierde, aunque lo llene, y lo llene, nunca encuentro nada. Todo se me va por el caño. Me siento a componer algo, y no encuentro nada. A veces, me abro la billetera, a ver si hay algo ahí, pero no, sólo plata, mucha a veces, poca a veces más, rara vez vacía de plata, pero siempre vacía de cosas que me sirvan. Será que estoy buscando en los lugares equivocados.
Será que ni siquiera estoy buscando.
Esa escena, que nos debe haber pasado a todos, alguna vez, cuando nos vamos caminando decididos de algún comercio, y sentimos un grito a nuestras espaldas, y algún buen samaritano nos avisa, que se nos había caído una moneda, un billete, un papel importante o algo.
Bueno, me gustaría que me pasara, pero no así. Me gustaría que me bajara del bondi por ejemplo, y emprendo el curso final hacia mi casa, y alguien me grite desde atrás, y me diga: "eh, se te cayó un cacho de emoción...!".
"Ah, gracias...!".
Y la levanto. Y me la guardo bien fuerte, apretada en una mano. Para saber que la tengo, y que no se me pueda caer de vuelta.
¿Habrá personas así por ahí? Seee. Hay en todos lados. Pero capaz que no se animan; quizás todos andamos perdiendo cosas por ahí, y no tenemos tiempo para ponernos a juntar nada.
Cuando vean a alguien medio mal andar por ahí, miren si se les cayó algo. y devuélvanselo, que lo puede necesitar. Pero no lo roben, ¿eh?.
1 Comments:
At 11/25/2004 12:38:00 p.m., conejoxxx said…
tal vez sea mejor aferrar la emoción con fuerza, antes de que caiga...
pensá que al menos las emociones llegan a vos,
mejor que no queden a que nunca lleguen...
"love and music can save us...
so we keep moving,
we keep moving..."
Publicar un comentario
<< Home